El Mundo.es - Le contre-la-montre pour une récupération...
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El plan para una recuperación contrarreloj
- 'No sé cómo voy a estar para la final', dice el número uno tras cinco horas de agonía
- En la rueda de prensa posterior al triunfo sufrió un tirón sin importancia en la espalda
Nadal se refrigera durante un descanso del partido ante Verdasco. (Foto: EFE)
MELBOURNE | MADRID.- Antes de dormir, Nadal cenó, se dio masajes de hielo y estiró en las zonas doloridas tras las cinco horas de pelea ante Verdasco. El sábado se levantará tarde, soltará los músculos con un poco de bicicleta y por la tarde, cuando el calor remita, tomará la raqueta para pelotear y "esperar que el cuerpo responda". El domingo (9.30 hora española) espera en la final Roger Federer, que cuenta con un día más de descanso. En total, 32 horas de recuperación para intentar afrontar con garantías su primera final en Melbourne.
"No sé cómo voy a estar para la final. Después de un partido como éste te sientes muy pesado, pero voy a hacer todo lo posible por recuperarme e intentar ganar el domingo, que sería impresionante", avisa el número uno del mundo, un atleta privilegiado, capaz de estirar la agonía hasta convertirla casi siempre en victoria.
Sin embargo, además de reconocer que Federer "llegará mejor preparado físicamente", el manacorense mostró su disgusto con el único torneo donde los finalistas no cuentan con idéntico periodo de descanso. "Sería más justo jugar todos el mismo día", dijo poco antes de que Verdasco calificase esta diferencia en el programa como una "putada".
Paradójicamente, la norma que rige en Melbourne Park, hubiera favorecido en 2008 a Nadal, en caso de haber derrotado a Tsonga en semifinales. No fue así, por lo que 12 meses después intentará agarrar la posibilidad que dejaron escapar Juan Gisbert, Andrés Gimeno, Carlos Moyà y Conchita Martínez, únicos finalistas hispanos en Australia. Al otro lado de la red replicará Federer, que tumbó el jueves a Andy Roddick sin ceder un set, en dos horas y siete minutos, menos de la mitad de lo invertido por Rafa ante Verdasco.
En dos semanas, el suizo sólo ha sufrido en octavos ante Berdych, donde debió superar dos sets en contra en una remontada que duró tres horas y media. En sus otros cinco compromisos no entregó ninguna manga y deslumbró en los cuartos de final ante Del Potro.
Nadal necesitará toda su energía para evitar el 14º 'grande' con el que Roger igualaría el récord de Pete Sampras. Sin embargo, en el comienzo de la temporada, con la preparación física todavía en mantillas, el titánico esfuerzo ante Verdasco puede pasar factura. Hace un año, también en los albores del curso, Rafa fue ridiculizado por Youzhny en la final de Chennai (6-0 y 6-1) tras sufrir hasta el límite el día anterior ante Moyà (6-7 7-6 y 7-6).
Curiosamente, las cinco horas y 14 minutos de la semifinal coinciden con total exactitud con la final de Roma de 2005, donde ese chico que todavía no había ganado cuatro veces Roland Garros se deshizo de Guillermo Coria (6-4, 3-6, 6-3, 4-6 y 7-6). Por eso, en la rueda de prensa, exhausto, a Rafa se le oía con la voz apagada.
Incluso paró de hablar durante un segundo. "Hostia. Se me ha acalambrado la espalda". Se levantó, dio dos pasos y comprobó que todo permanecía en su sitio tras una leve flexión. Una breve disculpa y un anuncio final: "Voy a hacer todo lo posible para llegar al domingo con garantías. A ver cómo me recupero, a ver cómo me levanto mañana".