Diario de Mallorca - Vouloir et ne pas pouvoir...

La libreta. Querer y no poder

 

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ALEJANDRO VIDAL No todo depende de la voluntad, como aseguran sus apóstoles. Sin ella es difícil alcanzar la meta, pero influyen otros factores como la inteligencia, la fuerza física, la experiencia e incluso, ocasionalmente, el azar. Rafel Nadal quería avanzar hacia su quinta final en Roland Garros, pero Soderling le superó en todos los terrenos. Jorge Lorenzo pisó mal en la salida del Gran Premio de Mugello y, pese a su gran carrera, tuvo que resignarse al segundo puesto. El Mallorca B perdió su primera oportunidad de ascenso víctima de la lotería de los penaltis y descendió al infierno de Segunda quien durante más tiempo se mantuvo lejos de las profundidades: el Betis.

El ídolo caído. El público francés se puso muy pronto de parte del débil. Por cada diez voces de aliento a Robin, surgía una de apoyo a Nadal. Para el hombre sólo hay un placer superior al de crear un mito y es destruirlo. París padeció ya la leyenda de Indurain y no ha aceptado con gusto la persistente coronación del español de Manacor. La evidencia no encontró acomodo en la Philipe Chatrier, donde Rafel careció de saque, sufrió con su bolea y no encontró el revés. Fue aplastado en el primer set y en el tercero, respiró a duras penas en el segundo y cayó en el cuarto. En el mundo moderno los reinados son efímeros a poco que uno se despiste aunque, como afirmaba Sergio Kresic, sólo los deportistas se levantan.

Pie a tierra. Eso tuvo que que hacer Jorge Lorenzo al darse de bruces en plena vuelta de reconocimiento. Cambio de moto y de planes. Una cerrera apasionante en el circuito y en boxes, donde sus mecánicos aceleraban para reparar su máquina con la misma velocidad con la que el palmesano del Barçal rebasaba rivales desde la sexta posición. Ni miró a los italianos, a quienes casi desplaza del podio, y le faltó algún kilómetro de más para relevar a Stoner del primer escalón. Su arrojo le jugó una mala pasada en Xerez, pero su valentía convirtió ayer en épica lo que iba camino de la decepción. Y el Mundial, como el espectáculo, continuará dentro de quince días en Cataluña.

Pecado de juventud. También habrá más oportunidades para el Mallorca B. Había hecho lo más difícil al igualar el polémico gol del Real Oviedo en la ida. Un penalti injusto le castigó entonces y el punto fatídico, tras ciento veinte minutos, dictó nuevamente sentencia en su contra. Los asturianos se aferraron al recurso de su oficio ante un grupo de chavales que tiraban de ilusión, mejor juego, pero mal estoque. Han sido mejores y han perdido. Una lección que en la cátedra del fútbol se imparte con frecuencia, pero es tan útil para las eliminatorias que vienen como para la vida misma.

El mal fario. El futbolista Sergio García vivió ayer su tercer descenso. Bajó con el Betis después de haber saboreado idéntica hiel enfundado en las camisetas del Levante y el Zaragoza. Sin embargo los supersticiosos temen más a Lopera, el santurrón que mata lo que más quiere: al Betis. Osasuna primero y Sporting después, fueron de Segunda durante algunos minutos, pero el oro atesorado por el dueño ha devenido en plata vieja carente de abolengo. El Mallorca tendrá la próxima temporada un enemigo más, el Zaragoza y otro menos, el de Heliópolis. Eso, por supuesto, contando con que sea capaz de apartar sus propios fantasmas. Querer, quiere; pero ¿podrá?.