As.com - Chronique

Rafa Nadal, el éxito de lo creíble

Alejandro Delmás | 01/12/2010

Cuando los grandes especialistas sobre Diego Velázquez describen la técnica del genio sevillano, se detienen en varios puntos esenciales. Entre todos ellos, Jonathan Brown apunta a uno que, siendo genial, no tiene que ver con la pincelada en sí: la credibilidad. La asombrosa cualidad que convierte lo increíble en aceptable. Velázquez detiene los siglos y las dimensiones a base de personajes que traspasan el tiempo... por una credibilidad anormal. La vida literalmente recreada en una tela es la credibilidad de Las Meninas y de los ejércitos y abrazos de Breda. Es la credibilidad de Rafael Nadal Parera, un héroe de nuestros días cuya luz podría haber alumbrado cualquier extraordinario retrato nacido en las manos de Velázquez. La infantita de Las Meninas, la infanta Margarita de Austria, la hija de Felipe IV, ocupa el centro del hipnótico cuadro, convertida en el centro del mundo, porque Velázquez, con su asombrosa credibilidad, así lo ha decidido: es la credibilidad de Nadal.

El héroe de Manacor concita emociones y adhesiones en todo el mundo porque es transparente. Sin pliegues ni dobleces, Rafael Nadal transmite la emoción de lo auténtico y conmueve al deporte planetario con la intensidad con que George Mallory dijo a The New York Times que quería subir al Everest "porque estaba allí". Y Nadal asalta a Federer y Murray... porque están ahí.

La mirada de Nadal no pierde un curioso brillo infantil. Recuerda lo que una vez dijo Arthur Miller de quien fuera su esposa, Mrs. Miller, o sea, Marilyn Monroe: "Ella siempre ve las cosas como si fuera la primera vez". Con esa curiosidad luminosa e incontenible, Nadal ha coronado los cuatro ochomiles del tenis mundial, los cuatro torneos del Grand Slam, desde el desierto de Australia, hasta la jungla neoyorquina de asfalto, pasando por el corazón revuelto de París y la Catedral del All England, en Wimbledon. El número uno es incontenible. Y, ante todo, creíble. Crees en él.