El Mundo - Cincy - Un revers inquiétant...

ATP | Cincinnati Masters 1.000

Un revés preocupante

Nadal conecta su revés contra Baghdatis. | Efe

• Nadal culpa al reverso de su raqueta de los problemas que le han impedido rendir a buen nivel en Cincinnati, donde ha caído una ronda antes que en 2008
• 'Si este golpe funciona, todo lo demás mejora', asegura el número uno

Óscar Fornet | Madrid

Actualizado sábado 21/08/2010 11:27 horas

Las sensaciones no son buenas. El regreso al 'cemento' no resulta más sencillo hoy que las lesiones parecen respetar al número uno del mundo. No pasa nada por perder en los cuartos de final de Cincinnati ante un tipo como Baghdatis, de nuevo en forma, de nuevo una amenaza para todos. Rafael Nadal dispondrá así de más días de descanso y apenas cederá terreno en el 'ranking', e incluso podría aumentar su distancia respecto a Roger Federer si el suizo, defensor del título, no lo revalida el domingo. El problema no fue tanto perder sino cómo se produjo la derrota, cómo Nadal abandonó la pista tras cometer 41 errores no forzados, 22 de ellos con su derecha, el único golpe con el que se siente a gusto el balear tras el periodo de descanso. [Programa] [Cuadro]

"Mi juego puede mejorar, eso seguro. Debe hacerlo si quiero tener alguna oportunidad en Nueva York", admitió Nadal tras firmar su séptima derrota en 57 partidos. "Es cierto que he cometido muchos errores, pero lo positivo es que he terminado el torneo mejor de lo que lo empecé. Y Baghdatis ha jugado bien, sobre todo con su saque, así que sólo felicitarle. Es muy buena persona y alguien muy positivo para nuestro deporte. Me alegro por él porque ha sufrido lesiones y ahora está jugando bien otra vez". Nadal se queda con esa pequeña mejoría experimentada entre el miércoles y el viernes, ese pequeño paso como único consuelo. Pero queda mucho trabajo por hacer y muy poco tiempo para desarrollarlo.

El 30 de agosto arranca el US Open. "Tengo una semana para seguir practicando, y eso es lo que voy a hacer para aumentar mi confianza con el revés". Ninguna fe en ese golpe, sobre todo en el cruzado, tan importante para conquistar Wimbledon en dos ocasiones y recurso muy apreciado también sobre tierra aunque no tan necesario. Incapaz de dar con la clave tras el regreso a la competición, Nadal abusa estos días del cortado y contra Baghdatis trató de protegerse, de acomodarse siempre para golpear con su derecha, circunstancia que propició un aumento considerable de errores con su principal argumento, que a pesar de la última estadística sí emplea correctamente estos días en la pista dura norteamericana. "Si mi revés funciona, todo lo demás mejora", afirma. "Mis movimientos mejorarán porque no tendré que cubrirme con la derecha y así recuperaré mejor mi posición. También podré estar más calmado con mi primer servicio, porque aunque lo falle y me resten no tendré problema en responder con el revés. Pero aquí, cuando me han restado bien, siempre he comenzado el punto en una mala situación. Creo que el revés altera todo mi juego. Cuando no funciona, debo hacer demasiados ajustes".

Baghdatis, que hasta ahora sólo ha disputado unas semifinales de un evento Masters 1.000 - París-Bercy 2007, perdió contra Nadal-, se entrena de nuevo con Guillaume Peyre, el hombre que le condujo a la final del Abierto de Australia 2006 y que después trabajó con Gasquet. El tenista de Limasol se cruza hoy con Roger Federer tras el primer triunfo completo del suizo en Cincinnati. Su primer rival, Denis Istomin, se retiró con el tobillo lastimado con 5-2 en el primer parcial. El segundo, Philipp Kohlschreiber, ni siquiera saltó a la pista por culpa de un percance en el hombro. El defensor del trofeo en Cincinnati afrontó un 15-40 con el marcador igualado a cuatro en el primer set. Sin saber muy bien cómo, en poco tiempo se vio con esa manga apuntada en su marcador y 3-0 de ventaja en el segundo. Cinco juegos consecutivos abrieron una brecha insalvable a pesar de que Nikolay Davydenko neutralizó el 'break' inicial. Federer nunca había perdido contra Baghdatis hasta el cruce de este año en la tercera ronda de Indian Wells.

La semifinal por la parte baja del cuadro enfrenta a dos buenos amigos, cuya memoria retrocederá siete años atrás, a los buenos tiempos, cuando Federer amagaba con ser el mejor pero sólo reinaba en Wimbledon, cuando Nadal celebraba sus dos primeras victorias en el circuito ante Karol Kucera y Albert Costa en el Masters de Montecarlo, cuando el rival era Juan Carlos Ferrero. Andy Roddick y Mardy Fish reeditan hoy en la penúltima ronda la final del año 2003, el gran curso del jugador de Nebraska, que unas semanas más tarde batiría a Ferrero en la final del US Open para finalizar la temporada en el puesto más alto del 'ranking'. Roddick y Fish se conocen desde la Universidad, incluso vivieron juntos durante un tiempo en Florida. "No hay muchos secretos para nosotros, eso seguro", explica Roddick, ya recuperado de la enfermedad -mononucleosis- que le robó la energía en las últimas semanas, tras batir a Djokovic en otra tarde horrible del serbio.

"Probablemente nos conocemos mejor que nadie en el circuito, pero estoy expectante por numerosas razones", añade el ahora número 13 del mundo, de nuevo camino del 'top ten'. "Al principio de la semana pasada estuve sin jugar al tenis durante cinco o seis días. Mardy vino a mi casa y el primer entrenamiento fue muy malo, así que no esperaba llegar hasta aquí. también estoy contento por él, por verle jugar bien otra vez". Fish pesa 14 kilos menos este año y las lesiones le han respetado. Su nueva capacidad física le permitió liquidar a Andy Murray, vacío, seco, una pasa bajo el sol implacable de Ohio. Los intentos de criogenización, el tronco envuelto en hielo cada descanso, los masajes y los medicamentos no evitaron la derrota del escocés, superviviente hasta los cuartos de final gracias a su tremenda resistencia. Pero Murray, finalista en Los Ángeles hace dos semanas y campeón en Toronto la pasada, debía perder. Demasiados excesos antes del último 'grande' del año, el que más posibilidades de ganar tiene.